“Yo mismo solía tener ambiciones literarias, pero hace mucho tiempo que renuncié a ellas.” (O. WILDE, El retrato de Dorian Gray)
Si no tienes un retrato al óleo que cargue con tus años y tus miserias, al menos procura iluminarte bien ante el espejo para seguir contemplando una imagen favorecida, o menos deteriorada, de tu verdadero rostro. Y recuerda: más profundas son las cicatrices que dejan tus omisiones, que graves los daños colaterales de tus hazañas bélicas y algún otro de tus actos píos.
viernes, 26 de junio de 2009
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