No me despierta la luz
ni el canto de los pájaros
mientras transito en sueños
por las catacumbas del secreto.
Son unas carcajadas de gaviota
las que me devuelven violentamente al agujero
en virtud de la ley gravísima de las manzanas.
Así que sigo solo y renegrido en mi mazmorra,
mas yo también me río
como un demiurgo preso y loco,
como el enano de Lagerkvist,
esperando a que el amo me extrañe y me libere.
Sí: quien espera desespera, quien se frena se desenfrena.
Pero la risa es más ligera que el aire y flota sin ton ni son.
Gas hilarante y risa gaseosa. Anestesia y catarsis.
Cómo no reír si todo es una broma... La piedra y la negrura.
Las ratas, las nubes, las coles y las cumbres de Bruselas.
El amor y la muerte y las sardinas.
Por eso se tronchan las ásperas gaviotas
cuando desayunan en la orilla su carroña.
Por eso yo me troncho y me atraganto
royendo el grave corazón de una manzana.
lunes, 24 de noviembre de 2008
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2 comentarios:
...y a veces, la sonrisa es vertical.
Ni crisis ni gaitas celtas,
sigue lloviendo café
del camposanto achupé;
no sigas dándole vueltas
al mundo, palabras sueltas,
risas presas,¡qué más da!
Agujeros con maná
brotan del suelo achupé,
sentadita me quedé
sonriendo a mi papá.
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