martes, 25 de noviembre de 2008
JUAN MARTÍN DEL ORTO
Sin mortificarse, juanmartines, nalbandianes, chuchos desmayados. Sin sobrarse, felicianos. Al contrario. Que somos hermanos, che. De historia, de genes, de lengua, de vicios y virtudes y hasta de admiraciones mutuas, coño. Cada uno en su calzón, rivales pero fraternos, a ver si nos damos cuenta de que si no nos queremos y apoyamos entre nosotros, no hay ni habrá quien nos dé bola. Ya basta de ser boludos, collons. Y si hemos de serlo por fuerza, que todo quede en familia.
Quien tenga oídos, que oiga, acá en aquesta pell de brau y plus ultra a través del espejo de la mar océana.
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