“¿Hay alguien que, aceptando esto, pueda sostener que todas las cosas no están llenas de dioses?” (PLATÓN, Leyes)
Aceptando “esto”, y si las cosas están tan llenas de dioses, ¿no habrán por ello de ser, estas mismas cosas, dioses o excrecencias de los dioses? Sea como fuere, es un alivio que no todos los días te levantes panteísta, y que antes del segundo sol-y-sombra a cualquiera le resulte difícil plantearse premisas metafísicas de tanta enjundia.
jueves, 12 de febrero de 2009
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4 comentarios:
Cuanta razón, filósofo.
Torpeaban quienes afirmaban que después de Kant la metafísica dejó de sostenerse como conocimiento racional. Les faltaba encalomarse una dosis suficiente de sol y sombra o un Belmonte en condiciones (en el que la levedad del toque de la leche condensada, se compense con no menos de cuatro dedos de “Veterano”).
Entre las portentosas propiedades de tan extraordinario licor, no es la menos estimable su efecto catalizador de la masa encefálica, facilitando el tránsito neuronal. Al calor de sus vapores, cabalmente podemos valorar la teología en sus justos merecimientos.
Querido HMY: El camino incierto de las no-ciencias que Kant desveló como propio de la metafísica ha resultado fértil, no obstante, para la imaginación ética de la Europa posnapoleónica, tras el breve lapso "absolutista" (nunca mejor dicho, tomando su sentido germánico de "abstemio radical") que siguió al Tratado de Viena. No me cabe duda, tras leer tu majestuoso comentario, que la campiña de Cognac contribuyó sin saberlo a ello.
"imaginación ética"
Con dos cojones, Frankie. Gran sintagma, aunque menos bello que in Blue. Aún recuerdo tu ensayo "Hacia una moral figurativa", publicado en Epsilón.
Abro un ojo. Buenos días.
Hago pis y desayuno.
En el metro olor montuno.
Sol-y-sombra. Carnes frías.
Cuatro suman con las mías.
Tengo mocos. Sueno fosas.
Sol-y-sombra. ¿Somos diosas?
Se oye un pedo. Bocas lisas.
Fue la "Chelo". Muchas risas.
Otra ronda. Somos cosas.
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